La soledad es una compaña porque es alguien, pero es forzosa
porque pocos la quieren, tras las tristes notas de un piano
son pocas las lagrimas que se pueden exprimir de un poeta enamorado,
gotas de sangre y bohemias palabras que se pierden en un ocaso malhumorado.
Blasfemo contra la sabiduría con una pipa judia donde muchas fueron los profetas que
fumaron de el en mi mano, demasiados son los escritos de mi vida, mis ganas
de vivír son pocas ya dada a que mi mundo no es mio ya propio ni de mi
imaginación maldita, sino del mundo que rompe mis esquemas y los quiere transformar
segun quieren.
Nadie puede guiarme, soy mi filosofo propio que de madrugada observa las calles
desde su ventana, canto mis dichos y pienso mis gritos, vuelven a mi
en esos momentos recuerdos sin rima y sin consonante y la canción que nunca
pude escribir mis aventuras solteras y melancolicas.
¡Por ella he vociferado mis razones sin razón, ella tiene nombre y no puedo mencionarlo
porque se llama secreto, no se donde vive porque se me es confiscado por
mis sueños, no se como es porque ella profanó mis pensamientos y mi inconciente ya
no es personal sino hecho ya en otra definición!
Pero si sé ella tiene cuerpo de humo de un cigarrillo, el que vuela silbando
veneno y mientras mas se aleja mas se esparse, mientras mas quieres verla
mas se desvanece, pero mientras mas quieres ignorarla mas te molesta su humo,
ya que es perjudicial para mí salud, pero es mi adicción que me mata pero
me hace soñar.