domingo, 30 de junio de 2013

En el tiempo antes de existir


Yo era el mar, yo era el viento que sacudía el pelo
en un romance vespertino, el amor en tiempos
de verano, el recuerdo y el olvido, un alguien siendo nadie.

Ya se me olvidaba que yo era el tiempo,  el romantico atrevido, la rosa con 
sus espinas, melodia fluvial que transmitia sentimientos, colores, renglones de una sociedad
de la que ahora no me agrada, libertad!
He llegado a enamorarte bajo tal embrujo que hasta tu alma en estos tiempos que
son tan diferentes de los de antes siente aún mi hechizo, era el consentido
de tu trono angelical, y aunque me echaste como Dios a Lucifer como estrella fugáz
de tu vida, aún me buscas y juradlo, me encontraras.

Antes de existír, era desesperanza para unos y era la alegría para
otros, antes de nacer era un pensamiento que de la nada salió y en la nada
se enamoró, era lo trasverso a la realidad y no existía, porque era
grande, porque no era humano, porque era un simple deseo,
el reprimido nombre al que hoy ya no se es prohibido mencionar.

Alma mía que hoy alaba a Dios y a la véz danza con el diablo, que es tibia
ante su ojos y aún es amada como un niño cuando se ha portado mal,
devora sentimientos y sál de tu capullo que aún en la oscuridad se puede vivir,
es un asunto de cerrar tus ojos y lanzarte,
hacia aquel camino estelár que nos guía hacia el templo de los campeones...
Olímpo.

viernes, 21 de junio de 2013

Poseción


¿Acaso me he desvelado solo pensando en tí?, ¿largo acaso es
mi pensamiento que se me hace dificil responderte cuando te
me insinuas? Nimiedades son los recuerdos y 
graciosa es la bromas de las cuales hemos llamado romance.

Estas son las memorias de un romance de ultratumba porque
de la tumba no ha salido a buscar bien sino
a posecionar mi cuerpo, mi sangre se vuelve negra y mi aliento cenizas 
de lo que fueron palabras alguna vez de amor.
No he pensado mas que en rencor cuando te veo en sus 
brazos, porque mi vista ata mi garganta a una cadena de lo
que alguna vez fue tela, acompañado de avispas, lo que una vez
fueron mariposas.

Yo te hé podido amar mas de lo que disponía,
yo te hubiera hecho feliz con mi voz y mis ritos a tu nombre,
te hubiera hecho sentir como luz del olimpo donde
serías mi futura diosa, mi mana, mi alma.

Ahora rondo como alma en espera de su juicio
a traves del mundo, nada me alegra y nada me excita,
lo que me alimenta son otras bocas y otros vasos, 
que llenan este envase que siempre está pinchado.
Facil es para mí enamorar y devorar nuevas ciguas,
atraerlas con dulce miel a esas abejillas y comermelas poco a poco,
¡ya no sé amar ni mantener una amistad ni mirarme al espejo!, pues mi imagen
no me reconoce y me dice cobarde.