En un ritmo lento y despacio como el tiempo,
rapido como tal y persistente como los años,
escucho el sonar de canticos irreconocibles que cantan,
cantan la historia de mi romance con la noche, mi huida del dia y mi estado de neutralidad vespertina.
Camino entre las eras y vuelo entre los siglos,
nada fue igual desde que reconocí el verdadero amor en ese ser de astucia y maligna intención,
ese pelo brillante como el polvo estelar que se fusionan con el filo de una daga plateada,
y esos ojos azules como lo azul como el encanto del diablo bajo una mirada espectral.
Ella es mi tesoro por lo que de ella huyo y ataco a vista,
yo soy su preciado enemigo que con sus palabras de amor me convertirá en esclavo,
soy su servidor y en erotismo me perdería en su suave sonar,
y su aliento es ofensa a mi persona e injuria contra mi propia voluntad.
Que delicia es odiar y amar al mismo tiempo!,
ambas requieren tiempo y energía para poder amar y odiar,
amar, odiar, odiar, amar es mi cuestión de hoy en día hacia la eterna luna,
odiar, amar para mi son pureza de una adoración a mi amada luna.
Cada cosa esta fuera de lugar cuando ella está,
Océanos de delirio es lo que invocan en mí,
Salitre del mar es su amor a mi piel,
Ternura ajena a mi percepción son sus palabras.
Emana de ella agua viva de necesidad y llanto,
Lamentan y chillan a los que ella arropó con su manto de muerte,
Alucinación de un nuevo mañana,
cuando de la noche eterna no puedo escapar.