El aire se me escapa cuando me invade su olor,
se transforma y se vuelve uno con tal,
cuanto te anhelo que me vuelvo grosero,
y se me olvidan las costumbres.
Yo creo mi valiente corazón,
que mis pulsaciones sirven como portavoz,
de aquel andamiaje lujurioso ,
que soslayan nuestras normas humanas.
Pero no! vida mia,
nada podrá cambiar mi amor por esta agonía,
el sufrir de los corazones y el disfraz de los sinsabores,
la liga de las emociones y el sonar de el sexo.
Debes comprender amada niña,
que rondo por tus sueños de noche,
que el cielo contempla tu piel mientras duermes,
y que tu luz se refleja formando las auroras.
Tu eres la loca manía que interviene en mi sueño,
tanta es la melancolía en una cama vacía,
yo te confundo con la realidad y no me interesan verdades,
y me consumé mi cuerpo ardiendo en el deseo.
Ya no volveré a compartir tu felicidad,
al verte hablar de una muy diferente identidad,
yo soy el que te conviene y no se por que no te convences,
aunque a veces creo ser estúpidamente especial.
Pero eso acaso no es lo importante,
al ver tus rayos que bajan de tu cielo,
tu eres mi angel que su peculiaridad fomenta mi paz,
y prepara su cariño cuando vuelve el frío.
Este es el invierno que habita ahora su corazón,
ella ya no tiene el brillo ni el deseo por vivir,
ella es la sensual catastrofe que prostituye mi bondad,
y el frio vuelve de nuevo y caigo bajo su andar.
