domingo, 15 de octubre de 2017

Añorando el recuerdo




Su rostro perfilado en las maquinarias del recuerdo,
su expresión manifestada en un silencio visible en la habitación,
la oscuridad y la certeza de que ella te cubre con su manto,
conciliando el sueño sintiéndola como algo muy mío.

Todas sus virtudes se manifestaban en su calor,
en el calor de nuestras piernas cuando se tocaban curiosas,
el extraño paso del tiempo cuando no se puede esperar más,
un solo sonido confirmando la locura de la pasión.

Aquejante la montaña rusa del desamor,
que bajo en recto a la cólera de su razón,
subo con sus caprichos en un mar de sazón,
y en el éxtasis como subió picó en la depresión.

Ahora voy añorando el recuerdo,
por ahí vuelan las prosas de unos escritos dedicados,
resonando y rimando en el mundo de las sombras,
no tenían quien las apreciase y se perdieron por siempre en un recuerdo.

En la perfidia de una añoranza,
tocan mis dedos su suave tela,
en su sonrisa un repentino torque de su poder,
y en su sueño la ternura de el beso de las aventuras.

Añorando el recuerdo pasa el tiempo, 
añorando el tiempo no necesito su presencia,
añorando su presencia no precisara de su beso,
añorando sus besos voy añorando su recuerdo.