Que es dormir si no morir?,
desvanecerte a un mundo oscuro de pensamientos incoherentes,
lanzarse de espalda al vacío donde habitan las impurezas,
rompe las maldiciones y detiene el tiempo.
Allí yace la estrellada,
la Valquiria que secuestra mis ojos,
bate sus alas libre por el espacioso cielo cerúleo,
su armadura brilla con la luz del sol.
Y que si te digo que vi el brillo de su lanza?,
volaba con su corcel por los cielos majestuosa,
cabalgaba en contra de las injusticias del mundo,
madre de la libertad y amante del viento.
La veo estirada hacia atrás,
su cabello baila con el viento y sus abiertos abrazando el cielo,
se apena mi alma, ya que nunca la podre detener,
tiene los medios para el mundo conocer.
Solo tengo mis pies pero lo voy a lograr,
conoceré las culturas y me aprenderé las sonrisas,
bailare las alegrías y serenare mis tristezas,
porque soy la historia soy lo que cuento.
Ha pasado el tiempo y la juventud me abandona,
mis piernas ya no son tan resistentes y estoy en la cima,
postrado en la montaña más alta del mudo,
viendo mi último atardecer.
Deambula en mi mente en tiempos de antaño,
los ojos de la Valquiria que en mí posaron al verla volar,
su hermosura atormenta mi prepotencia,
de nunca haberle plantado el tan deseado beso de amor.
El sol se va escondiendo y mi vida se espanta,
las alas de un águila se desplegaron enormes provenientes del Sol,
pero me corrijo al sentirlas sobre mí las alas de mi Valquiria,
que se llevo mi vida en su beso primer y último adiós.