Porque te haces imprescindible a la hora de quererte,
porque eres vida zambulléndose en la muerte,
eres nada que se convirtió en presente,
algo inequívoco que existe en mi consciente.
¿Por qué tú me miras y se dilatan tus pupilas?,
te añoro con la mirada y en mi mente perfilas,
adoro observarte como mi presencia asimilas,
mirándome ensimismada mientras precariamente ventilas.
Porque te tiemblan las piernas y te voy a embobar,
porque mi tacto se vuelve mi portal para que crucemos a fornicar,
porque conquisto tu feminidad cuando te voy a tocar,
con mis dedos domino tu resguardado lugar.
Porque tú eres ese perfume que invade mi olfato,
fragancia que mágicamente me vuelve insensato,
porque tú eres ese olor cuando de espaldas te asalto,
porque eres la hormona que me quita lo cauto.
Porque cuando hablas se crean realidades,
se conectan dimensiones y me llevas en tus viajes,
porque tú eres la voz que sigo cuando busco verdades,
entre mis mil demonios y otras amenidades.
Porque tú eres ese dulce natural y no sintético,
porque tú eres la hembra que degusto energético,
porque eres mi preferida, la principal, un plato rico,
gastronómica delicia que en polvos te echo cinco.
Porque tú demandas que te dedique y te escriba motivos,
porque eres simetría entre el pudor y los gemidos,
porque eres el mambo que asemeja mis latidos,
porque tú eres el arte del sexo y los cinco sentidos.