Quisiera un amor de esos completos,
no un sazón completo sino el completo sazón rítmico de mi corazón,
que sea una amazónica guerrera con estándares de belleza imparable,
y que en el arte de la guerra conquiste sin destruir mi amor.
Tener yo alguna vez una madona inalcanzable,
una que sacie mi sed en las noches con sus jugos vaginales,
que me quiebre la espalda y me ate en despiadada locura,
y que en la paz me abrace en la cama hasta rendirme a su ternura.
Que sea una inspiración infinita de mis amores,
tenerle como mía y que mis ojos no vean más,
que las llaves del firmamento las robe para verme sonreír,
y en su regazo descubra las razones de un buen vivir.
No pido más que la tela de su piel para el calor en mis noches de ensueño,
que mi tierra sea bendecida por sus pisadas cuando venga a visitarme,
que me prepara un café y me lo haga beber de su boca,
y entre las montañas de Bonao andemos desnudos bajo los efectos de la coca.
Quisiera yo más lo añoro como si lo hubiera vivido,
a esa princesa taina que viva entrelazada a mis sentidos,
al verbo tener más no haber tenido,
quisiera llegar a El Dorado, pero que sea contigo.