Cuantos lugares hemos viajado juntos, hubo
miles de pisadas e iguales rumbos, fuimos a Creta a velar
los mares, a la Egina donde Palas Atenea relata
en ilustraciónes la guerra de Troya.
Nos deslizamos por los aires de Africa, donde la naturaleza
es lo normal y dominan las ednias salvajes, hemos jugado con
escorpiones mientras vemos como juguetean los leones.
Agarrados de la mano bailamos con los antiguos Egipcios,
patinamos en sus aguas en un danzar de meticulocidad benevola, belleza,
dedicación, volteretas.
Más fue encantador cuando me amaste en una constelación
como cama, en ella nos revolcavamos y en ella dormimos,
las estrellas eran nuestro brillo y nosotros sus concubinos, sus amantes
sin oficio, sus poetas.
Nuestras galaxias eran nuestras mentes, nuestros ojos la luna
mas bella como tu no hay una, juro que por tí no moriré jamas!
Se quema en mi el deseo que hay dentro, empieza a arder y tu de mi comienzas a beber, cotizate
con el vino de la sabiduria y riete de la belleza de Afrodita,
que la tuya opaca su luz y es mi camino.
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