lunes, 22 de diciembre de 2014

Adagio de una nueva sonata



En un ritmo lento y despacio como el tiempo,
rapido como tal y persistente como los años,
escucho el sonar de canticos irreconocibles que cantan,
cantan la historia de mi romance con la noche, mi huida del dia y mi estado de neutralidad vespertina.

Camino entre las eras y vuelo entre los siglos,
nada fue igual desde que reconocí el verdadero amor en ese ser de astucia y maligna intención,
ese pelo brillante como el polvo estelar que se fusionan con el filo de una daga plateada,
y esos ojos azules como lo azul como el encanto del diablo bajo una mirada espectral.

Ella es mi tesoro por lo que de ella huyo y ataco a vista,
yo soy su preciado enemigo que con sus palabras de amor me convertirá en esclavo,
soy su servidor y en erotismo me perdería en su suave sonar,
y su aliento es ofensa a mi persona e injuria contra mi propia voluntad.

Que delicia es odiar y amar al mismo tiempo!,
ambas requieren tiempo y energía para poder amar y odiar, 
amar, odiar, odiar, amar es mi cuestión de hoy en día hacia la eterna luna,
odiar, amar para mi son pureza de una adoración a mi amada luna.

Cada cosa esta fuera de lugar cuando ella está,
Océanos de delirio es lo que invocan en mí,
Salitre del mar es su amor a mi piel,
Ternura ajena a mi percepción son sus palabras.

Emana de ella agua viva de necesidad y llanto,
Lamentan y chillan a los que ella arropó con su manto de muerte,
Alucinación de un nuevo mañana,
cuando de la noche eterna no puedo escapar.



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Entre la niebla de los corazones



Veo la figura y paso a a mi su conjuro,
Entre los campos en un amanecer vi la niebla caer,
Impactó en mi cuando vi la imagen fantasmagorica de una dama,
Vestida de lino blanco e igual su semblante.

Me llamó por mi nombre y su llamado escuché,
Me dirigí en lo perdido de la niebla del amanecer,
Tanto fue la busqueda que llego el anochecer,
Y aun no encontraba el emisor de ese elocuente llamado.

Oí otra vez mi nombre resonar,
Vil fue su pronunciación y dulce su sonar,
Vi una mano delicada de la mia tomar,
Y llevarme al paseo que nunca pude soñar.

Ví la belleza de la dama que parte de mi alma tomó,
Respire de su aire y mi corazón el ritmo no retomo,
Ella cerro la puerta de mi cordura y mi espiritu se llevó,
Le pertenece a ella lo que una vez vida me dió.

Danzamos en la niebla en un espacio sin fin,
mi aventura no podía ni quería terminar,
el ritmo de nuestras palabras de amor resonaba con el viento que nos despedia,
no me daba cuenta que ya te perdía.

Me vi de nuevo en aquel campo donde me encontró,
La dama que yo tanto hablo y me cortó,
corto mi alma en dos despues que tanto la busque y no encontré,
la busco en los campos entre la niebla de los corazones.