Veo la figura y paso a a mi su conjuro,
Entre los campos en un amanecer vi la niebla caer,
Impactó en mi cuando vi la imagen fantasmagorica de una dama,
Vestida de lino blanco e igual su semblante.
Me llamó por mi nombre y su llamado escuché,
Me dirigí en lo perdido de la niebla del amanecer,
Tanto fue la busqueda que llego el anochecer,
Y aun no encontraba el emisor de ese elocuente llamado.
Oí otra vez mi nombre resonar,
Vil fue su pronunciación y dulce su sonar,
Vi una mano delicada de la mia tomar,
Y llevarme al paseo que nunca pude soñar.
Ví la belleza de la dama que parte de mi alma tomó,
Respire de su aire y mi corazón el ritmo no retomo,
Ella cerro la puerta de mi cordura y mi espiritu se llevó,
Le pertenece a ella lo que una vez vida me dió.
Danzamos en la niebla en un espacio sin fin,
mi aventura no podía ni quería terminar,
el ritmo de nuestras palabras de amor resonaba con el viento que nos despedia,
no me daba cuenta que ya te perdía.
Me vi de nuevo en aquel campo donde me encontró,
La dama que yo tanto hablo y me cortó,
corto mi alma en dos despues que tanto la busque y no encontré,
la busco en los campos entre la niebla de los corazones.
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