lunes, 28 de marzo de 2016

Creí haber existido



Haberme revestido de limosnas,
comprar el cielo y pintarlo de inexistencia,
el darle sentido a una vida sin filtro,
crueldad de patas cortas y un poco de violencia.

Romper la esencia de tu camino,
el poder gozar de labios lindos y gustos finos,
ahorcarme en la oscuridad de ambos mundos sin luz,
volverme el omega y tomarme las coronas.

He conquistado palacios con y sin rey,
roto sus muros y usurpar tronos sin mando,
es la oscuridad en la que vivo, 
la película de mi mundo.

La sacristía de nuestro cáliz,
la vida de la brisa andariega,
ilusionarte más con la compra de los corazones,
romperte tu dimensión y quebrarte con un dulce paladar.

Nada es igual sin las noches ni tus estrellas,
todo se vuelve de etéreo y le cambia el sabor a las cosas,
el rodaje de mis rotos corazones entretiene a la alta sociedad,
una vuelta, el sonido del mar y las aguas cubriendo mi ventanal.

Creí haber existido por cientos de cantidades de cosas,
porque creí tenerlo todo que me hacia falta,
porque ví diferentes amaneceres en diferentes entornos,
porque me volví uno con la naturaleza.

Mis raíces no encuentran por donde extenderse,
mis ojos van cayendo y no me di cuenta que estaba desnudo,
el viento gelido de las noches que viene del mar me seca el cuerpo,
y el sol me abraza sin darse cuenta que me consumo.

No he encontrado luna por la cual aullar,
ni camino por el cual deba correr en mi coche deportivo,
porque me hace falta mi copiloto y el amor de mis viajes,
creí haber existido no existiendo.

Lujos, viajes, ninfas,
no me faltan ni me hacen falta,
porque existo dentro de una jaula de oro,
sin amor, sin mi Capricornio, sin espíritu.

Creí haber amado!,
mas no amé, no existí, no lloré,
esta marea histérica envuelve mi cuerpo y me funde dentro de su locura,
porque creí haber existido sin haber amado.





domingo, 6 de marzo de 2016

Fantasías al desnudo: poema nocturno de la lascivia




No tengo porque avergonzarme,
cada lobo a su jauría y cada oveja a su corral,
aqui se adapta a la divinidad los pasos de la lujuria en una noche solitaria,
mastica mis carnes y pide segundo plato.

Cuando por las noches el espíritu de la lascivia posee tu cuerpo,
el insomnio la acompaña como fiel acompañante y deliro en mi cama,
no conozco a nadie mas todos son mis objetos de placer,
coronan las putas y las zorras en orbita vuelan.

Esta que esta encima mío no es mamá ganso a proteger su huevo,
no es calor esto es frio de una piel reptilinea,
aqui no hay cariño ni el calor en piel de una serpiente,
la serpiente que me devorará a mi y a mis hermanos.

En un suspiro acaban mis agonias y temporalmente cierro los ojos,
no quiero despertar y de este sueño no me quiero alejar,
sueño que poseo cada noche a Costela bajo la luna en Milano,
una copa de vino, humo pacifico y las carcajadas de estupefaciente.

Los fantasmas pasan por mi cama y no me puedo mover,
miro todo alrededor y a cada uno los deseo,
alzo mi mano a su dirección y me doy cuenta que deliro,
cierro mis ojos y vuelvo a suspirar.

Me encantaría siempre tomar el papel de la serpiente,
reptar y deslizarme en tu lecho y oler tu aroma,
ver como duermes cada noche y perderme en el vortex de una posible mirada,
tributo y rezos a Costela espíritu de la lascivia.

Como el poseerte cada vez que me venga en gana,
se vuelve cada dia mi sueño mas remoto,
el tesoro mas añorado el regalo mas apreciado,
observar a conveniencia y callar a penitencia.

El choque de dos miradas en el coito mas primitivo y salvaje,
el desliz de una gota de sudor en tu cintura curva y atrayente,
fantasías al desnudo y lo otro puede ser,
un poema nocturno de la desdichada lascivia.