sábado, 5 de noviembre de 2016

La cripta de la hermosa criatura: el hambre




No es algo común el hecho y por derecho,
y me manifiesto porque no puedo procesar tal reverso,
lo envidiable de una mirada absurda y perdida,
buscándome entre las nieblas de un profundo silencio.

La vi cuando bajaba a bañarme en el rio con luna llena,
susurros en los alrededores y la vista se perdia,
llamándome por mi nombre y sin conocerla a ver!,
mientras en mi desnudes yo me refugiaba.

No la veía pero si su blanco velo,
de entre donde no la veía pero sentía su mirar,
de entre la nada ya veo sus ojos claros,
que me cazan y hambriento están.

Como no sentirse atraído con su mirar?,
cuando te piden tu alma y tu alegre se la das,
pero me salvan las aguas porque veo que no puede pasar,
por corrientes de agua que por hoy me salvaguardarán.

Ella me atraía con sus cantos y sus falsas promesas,
el frio me corría el cuerpo al sentir su trampa,
tentadora y tan a sabiendas yo caigo,
en los brazos de una sed eternal.

En aquel cementerio en donde no habita la paz,
aquella de ojos azules me vio pasar,
un dia que no se oponían las corrientes naturales,
de un rio que me pudo salvar.

Ahora no se que hago que yo escucho su canto,
su voz y mi alma saben que de esto podré escapar,
de este encanto que me llama con voz de un pastor,
a esta pobre oveja que devorará el león.

Acaso pretenden que este cuerdo en esa situación?,
esto no es un romance normal porque trasciende lo sobrenatural,
como puede existir un ser que emana paz y al mismo tiempo tus sentidos te advierten,
que serás devorado y nunca podrás descansar.

Esto no es un cuento de hadas ni tendré salvación,
nunca debí haber entrado en la cripta de la hermosa criatura,
sus brazos envolvieron mi cuerpo y por allí me llevo,
a una nueva eternidad en receso bajo sus ojos.
















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