Aquella vez y desde el tiempo aquel,
viviendo en mi castillo visitaba al jardín,
mi morena sabía a miel al toque de la Luna,
y brillaban mis ojos bajo los rayos del Sol.
Naufragaban mis pensamientos en vanidades,
solicitado por mis amistades por el buen dar,
presumido reinaba yo en mi castillo de cristal,
y mi lujo eran los coches y el vivir en la ciudad.
Como deambuló en mi castillo abandonado,
las sombras juguetean a mi alrededor mientras miro inexpresivo,
aquella voz que llamaba por el café resuena en los rincones,
y su fantasma me abraza mientras lamento con mi pesado caminar.
Vivirá el animal si se le da una moneda de oro?,
a que precio venderá su sangre por el buen vivir?,
sus entrañas o su libertad para poder coexistir?,
depresión o mentiras para un buen porvenir?
Que mentiras te pinta la niñez,
paraísos y riqueza por obedecer a la sociedad,
amigos que en realidad van a por tu cuello,
y la dulce realidad de una vida en soledad.
Hijos contra padres escrito está,
padres contra hijos quien se lo iba a imaginar,
donaciones al corazón con un sexo sin amor,
la mirada fria tras una rotura fatal.
Camino en la calle y no dejo de pensar,
pienso y pienso pero no logro acertar,
un peligro en la esquina el amor va a matar
esos son los gajes de ser un mortal.
Podrá tu plata comprar mi dignidad?,
dame para la comida y me verás malabarear,
agacharé mi cabeza en mi pecho hay una tormenta,
Costela y mi suerte de oírla decepcionar.