domingo, 1 de marzo de 2015

Letras a una madre que vive en mi presente





Las ganas de escribir me sobran cuando resaltas en mi mente,
pero al comenzar la tristeza invade mi alma y no puedo componer,
el invierno es frio y los días son largos si no te tengo a mi lado madre,
y las horas pasan lentas tanto como lo fue tu muerte.

Pilar y roca fuerte fuiste tu en vida,
pero caiste con el paso del tiempo y el deterioro,
hoy en dia me encuentro entre tus ruinas y lamento lo sucedido,
y me quedo en lo pensativo de que voy a ser yo en un mañana.

Me acordaba de ella con su semblante duro y fuerte,
siempre dulce y ruda a la vez, valiente en sus palabras y dadora de hechos,
ahora esos recuerdos son distantes y ajenos porque su retrato débil y acabado palpita en mi cabeza,
y ahora su bastón simbolo de fuerza caida reside en mi armario.

En las mañanitas soleadas y calurosas salía al patio a tomarse su cafe y a fumarse su cigarillo,
en las tardes en la terraza mientras hablaba de su trabajo e investigaba mi vida,
y en las noches con rostro abatido hablábamos mientras me relajaba en la terraza de su habitación.

Hubieron tormentos sin fin en los dias de tu vida,
ahora me toca a mi repartiremos entre arrepentimiento y completa hostilidad,
muchas veces no me puedo creer tu partida y tu nombre es lo único claro a recordar,
y tu rostro en los recuerdos de tu familia y amigos.

Tu voz ronca y tu melena de león aun no se me pueden olvidar,
cuando peleábamos y nos enojábamos a veces hasta me reía porque me sentía vivo,
pero tu inesperada muerte me deja hoy sin aliento,
ya ha pasado tiempo y todavía no te olvido.

Todavia no quiero ni pienso olvidarte,
anclare sobre la mar en una isla con tu nombre,
mi primer pensamiento al amanecer sera desear tu cafe,
que algún dia desearía tomarnos uno y charlar de nuevo.

Muchas cosas he deseado decirte si lo hubiese podido saber,
muchas canciones te hubiera cantada o quizá estar contigo en silencio fuera suficiente,
yo te hablaba y sabia que me escuchabas cuando me despedía de tí,
y tu rostro frio senti yo cuando te acaricie la frente y te dije: "Adios mamá".

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