domingo, 7 de febrero de 2016

El preludio de la monotonía: breve cortometraje de la depresión



El despertarme cada mañana,
pensar que haré en el dia para avanzarlo en la noche,
irme a estudiar a un sitio gris y de mayoría sin anima,
buscando la luz que podría acompañarme a iluminar mi mundo.

Regreso por las noches a fumigar el planeta con mi paz,
hablar en cada momento de un futuro sabiendo que mi presente es obsoleto,
un tema de interes, videos, cada quien a dormir,
descansaré para que llegue otro día y a empezar otra vez.

Los dias de descanso fabrico con maquinaria dudosa mi día,
nadie me atiende y nadie esta presente en mi vía,
busco un alma para poder saciar mi vacío brevemente,
todo me cansa, nada me llena.

Empezó la otra semana y comienzo mi camino,
me pongo las manos en la cabeza y me pregunto que haré,
las almas grises se colorean en otros lados menos en mi lienzo,
quiero que termine para poderme acostar.

Estando acostado por las noches abro mi portal al mundo completo,
Costela me susurra al oído y me odio a mi mismo,
veo felicidad fingida, fotos y vidas llenas,
y mi condena a verlos me llena de rabia, frustración y desesperación.

Llegan los descansos y miro al techo desde mi cama,
cancelar mi vida no es opción y reprimo en mi interior,
Costela danza en mi habitación y me invita al eterno invierno,
mi interruptor se apaga y mi sistema se reinicia.

Aqui no hay nada nuevo ni nada que valga la pena demostrar,
no se vale entristecer porque la sociedad me lo impide,
pongo nuevamente mis manos en mi cara y aguanto una lagrima,
y la monotonía acaricia mi espalda.

Me repudio y extraño el pasado,
cuanto pude haber cambiado y cuanto pude tener mejor día a día,
pero me acuerdo de mi realidad y me lavo la cara,
faltan 2 horas para las 11.

Cuanto daria por danzar con Costela en aquellos países Europeos,
o quizá viajar con ella en aquel lugar donde empieza el arcoiris,
olvidarme de las transgresiones y empezarlas con ella,
destruirlo todo y llenar mi vacío.

Nadie podrá saber si es una despedida o una bienvenida a una nueva vida,
quizá destruir mis emociones podrá hacerme sobrevivir esta diaria experiencia,
abrazar la luna y dejar que la noche me arrope en mi ensueño,
desaparecer y volver a renacer.









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