sábado, 27 de octubre de 2018

La amenaza de los años



Por qué le escribo a algo que no es una persona?,
le escribo al tiempo que si existe y nos vuelve temporales,
condeno la insensatez de el niño cuando cree vivir por siempre,
compadezco al viejo que en su final se lamenta de haberte conocido.

Para qué brindar amistad si algún día acabará?,
para qué casarse si es inevitable la separación final?,
preguntas que me hago en una habitación alemana,
demencia en Aurich bajo la tiranía de el alcohol.

Maldita la vida por haberse enamorado de el tiempo,
vocifero su nombre mal pronunciado y veo su silueta roja,
vamos a su casa y hoy se me olvido llegar a ella,
porque me perdí en sus ojos mientras caminando iba con ella.

Alguna vez fui un niño y lo alegre perduraba,
dominaba el mundo en mi mente y ese era mi objetivo,
pero mientras mas me acerco mas a un limite que nunca supe,
realizo que la belleza marchita y la luz se apaga.

Pastillas vienen y mis ganas se van,
conocidos conocía y ahora no están mas,
pido ayuda y nadie me brinda el cáliz de la inmortalidad,
no le perdono y le odio mientras más le conozco.

La amenaza de los años me arrastra sin piedad,
lo que una vez vi ya ha cambiado,
lo que creí saber no supe nada,
el arte de amarle no lo pude apreciar jamas!

Cuantas memorias en fotografías de el pasado,
melancólico desastre que me otorga una auto-proclamada sabiduría,
quién puede matar al tiempo para que en mi no vuelva a habitar?,
quien se apiada y lo hará retroceder para volver a ver a mi Mamá?

Aún vivan por siempre mis escrituras,
mi carne se hará dura y el color de mis ojos se irán,
los gusanos comerían lo que una vez de mí existió,
y polvo seré porque una vez fui.
















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