domingo, 7 de noviembre de 2021

La dama de blanco: negra noche (segunda parte) (explicito)

 



No puedo mentir.

Estos años, no fueron los más sencillos, tengo que admitir. Ella nunca quedó atrás, pues conmigo, escaparon también mi libertad y buenas noches de sueño. 

La dama de blanco me ha perseguido a través de los años. Tengo 27 años ahora, trabajo junto a un anciano en una relojería antigua en la gran ciudad de París, pues llegue aquí hace 14 años escapando de un pasado blanco, tiene nombre, y el mismo me persigue en mis tantas pesadillas diarias.
Siempre sueño con ese castillo, las velas estaban encendidas, pero cada uno de un color azul intenso, como un gran espectáculo de ultratumba que anuncia la llegada de un nuevo al país de los muertos, pero mi muerte era ese mismo lugar, el castillo de la dama de blanco, Costela.
Mientras iba caminando entre las velas hacia la entrada principal del castillo, el fuego azul de las velas se intensificaba y el ambiente se enfriaba en cada paso que daba. Yo sabía, yo supe a mitad de camino quien me iba a abrir esa gran puerta, la perseguidora insaciable, la que, a pesar de no haberme encontrado físicamente, invadía mi mente en los días de trabajo con el señor Seamus, y perseguía mis noches a través de esta pesadilla que tengo desde ese día del escape.
Antes de llegar a las escaleras que daban a la puerta de entrada, veía varias sombras negras tratando de impedir mi paso hacia la puerta. Estas sombras eran mujeres, las conocía de algún lado; estas no querían que abriera la puerta del castillo, sus voces estaban amortiguadas, me eran familiares, pero nunca pude escucharlas. Cuando una de las sombras pudo esclarecer un poco más, pude ver en una de las sombras, unos ojos rojos y un rostro tan conocido, pero que nunca, había visto en esta vida.

- No abras esa puerta- me advertía la chica de ojos rojos- si lo haces, la bestia sabrá donde estás.

Esa advertencia siempre me paraba, y cuando me recobraba algo de control sobre mi cuerpo, me daba la vuelta para salir de los terrenos del castillo. Siempre llegaba a esa parte, mientras me alejaba, el castillo me atraía más a si, si corría, igualmente quedaba en el mismo sitio. El castillo que alguna vez fue mi hogar, se volvía un monstruo que me atraía hacia su gran boca si trataba de escapar, yo trataba de escapar, pero entre el alarido del monstruo enorme y mi miedo hacia lo que estaba detrás de esa puerta, usualmente me despertaban en un baño de sudor, y mi respiración agitada.

- Nunca me dejarás en paz- decía mientras recuperaba la respiración.

Fueron años con mal sueño, sin embargo mi pareja sabia todo sobre mi pasado. Fayette me paso un vaso de agua para mi sed, ella nunca terminaba de acostumbrarse a mis sobresaltos nocturnos, y por eso la encomendaba, pues era una mujer excepcional por haberme soportado. Ella nunca había trabajado, pues, era una hija "bastarda" entre un conde y una criada, aunque esto no le daba título alguno, le era proveído todo y recibía una excelente mensualidad de su padre. Vamos a cumplir 5 años de casados dentro de 2 meses, habíamos estado planeando viajar hacia Escocia desde meses atrás, y pronto debemos de terminar de arreglar nuestros pasaportes para poder viajar.
Fayette es una hermosa joven francesa de 24 años, flaca, cabellos cortos hasta su mandíbula, ojos verdes como la esmeralda, piel sin rasguño alguno, sonrisa de verano y cuando nos peleábamos, un semblante de invierno, pero le amo, cuando la conocí siempre supe que era para mí.

- Amor- le dije tomándole de las manos- ¿no puedes dormir?

Sacudió su cabeza. Claro, si siempre me despertaba sobresaltado en las noches por tantos años.

- No sé cuantas veces valdrá pedirte perdón, Fayette- el dorso de mi nariz acariciaba su brazo en señal de reconciliación.

Acaricia mi cabeza, entre mi pelo recorrían sus dedos, gentilmente rascando mi cuero cabelludo con sus uñas.

- Bueno, ya es casi hora de levantarse- expresó mi esposa con leve sonrisa burlona- hay que irse preparando porque tenemos que estar impecables para el baile de esta noche, mi padre espera que lleguemos a tiempo.


Otro baile este año. Estábamos en una de las ciudades más habitadas del mundo, la sociedad y las apariencias eran importantes para adultos de nuestra edad, tan importantes que esta noche teníamos que escondernos detrás de un antifaz. 

El ambiente hoy estaba muy callado en la ciudad. Había una ligera neblina alrededor de las calles, hacía frío, un poco más de lo habitual. Mi camino a la panadería era más apresurado este día por la ligera llovizna que caía, use una manta blanca para cubrir el pan caliente que iba de camino de regreso a mi casa hacia mi querida esposa, mezclado con el tumulto de gente que también se apresuraban porque iba incrementando la intensidad de la llovizna. Por el rabillo del ojo, vi como una figura blanca se desvanecía por uno de los callejones por lo que pase por ese instante, y más adelante lo hacía igual por otro lado muy opuesto al anterior.
No sé que es, pero sé reconocer señales de peligro, me estoy acelerando y no sé que cosa es líder de esto que crece en mí de manera ansiosa, pero no quería quedarme atrás para averiguarlo.

Llegue a casa aun con la adrenalina de el momento, pero el ambiente hogareño y sereno me hicieron bajar la guardia y suspirar aliviado.

La noche se avecina y luego de tanto que arreglarnos y discutir en el proceso, estuvimos listos, yo elegante, ella hermosa. Tomamos el transporte que nos llevaría al baile, y mientras esperábamos dentro del carruaje, no pude dejar de impresionarme más por lo bella que mi esposa estaba, bajo ese gran vestido estaba el cuerpo desnudo de mi amada, la que yo ansiaba cenar por las noches.
Deslice mis manos por debajo de su vestido y deje que el interior de sus piernas calentara mi mano invasora, seguí metiéndola por debajo de sus interiores con cuidado, y recibí un gemido como respuesta. Premie ese sonido con un beso y retuve su cuerpo con un codo, para mantener su vestido arriba. Su lengua se enrollaba con la mía mientras la húmeda caverna de amor le daba la bienvenida a mis dedos, jugando con su superficie y usando su mismo líquido para lubricar la zona, jugando con su clítoris y callándole la boca para que no hiciera ruido con mi boca. Introduje mis dedos a ritmo de la ocasión y entroduje uno a su boca por igual con su complicidad, haciendo que se viniera a mi voluntad, volviéndome más y más amo de sus deseos y atándola a mí, como lo juramos, mientras vida tengamos vida.

- ¿Estoy muy desarreglada?- pregunto mi muy satisfecha esposa.

- No, solo retocate un poco el pelo y ya esta, tuve cuidado con tu maquillaje mi amor.

- Y cuidado de mantenerme satisfecha, por lo que veo- respondió Fayette con complicidad.

Llegamos al evento, era una gran mansión con amplio patio decorado con asientos de paseo y caminos para caminar entre un laberinto de césped bien altos. Pero dentro, era una gran mansión de tres pisos y amplios salones. En el salón que estábamos, teníamos un gran espacio decorado por grandes mesas para sentarse a socializar, un gran espacio para bailar, y enredaderas de oro que bajaban desde el segundo piso. En el fondo, había unas escaleras que conectaban al tercer piso.
Estábamos hablando con los Stuart, una pareja que recién tuvieron su primer niño, y volví mi vista al igual a como veía a todos en la fiesta. Llego una nueva invitada, y era increíble su presencia, pues no solo yo sentí como algo me atraía a ella, como si su perfume me llegara desde lejos y las historias contadas en sus labios me entorpecieran mi inteligencia. Vestía un vestido de seda blanca y extremadamente largo, su cabello blanco coqueteaba en su pronunciada cintura, la joven iba acompañada de un joven muy apuesto que le prestaba su brazo para que se apoyara.

Ella tenía un velo blanco, pero a través de ellos vi sus ojos, azules y malditos, y esta vez se apoyaron en mi. Me desconcertó esa mirada, revivía mi pesadilla de hace tantos años, aunque, ella es muy joven como para ser la dama de blanco, no pudo haberme encontrado.

Me tome un trago largo y pedí otra copa, no quería que mi esposa se diera cuenta por lo que respire hondo y me contuve, no podía ser ella.

Le propuse a mi amada que fuéramos a caminar, sentía que el ambiente me sofocaba y quise tomar aire.
Fayette tomo mi brazo y caminamos por el gran patio lleno de arbustos, había otras parejas que también caminaban por el sendero, sin embargo ninguno se adentraba al laberinto.

- Se lo que piensas Darioh- dijo mi esposa- siempre has tenido espíritu de aventurero.

Su mano agarra mi trasero juguetonamente y me dice:

- Te amo, Darioh, y te amaré más si aventuramos a que me hagas un hijo dentro de ese laberinto, como lo que somos, dos cómplices.

Le besé sus labios en señal de aprobación, y entramos al laberinto. Nuestra visibilidad no era tan buena, ya que la neblina no nos dejaba ver lejos, por lo que andábamos a hurtadillas para ir explorando el laberinto. En un claro, oímos unos sonidos que provenían de una figura que estaba a lo lejos, se mezclaba con la neblina por su blancura, pero por el sonido nos pudimos guiar.

Cuando ajuste mi vista, un relámpago atravesó mi vista y volvieron imágenes de mi pasado de golpe. Conocía este momento, esa sensación pesada que te da cuando te acercas a ese escenario, el horror de una figura pálida que cuando te mira a los ojos te perseguirán esos ojos muertos por toda tu vida.
Interpuse mi brazo a Fayette para que no se encontrara con esa imagen, pero era tarde. Aunque era poco, se veía como una mujer con un largo vestido blanco, tenía arrinconada a una chica joven que no se movía, estaba en los brazos de una mujer con una palidez acentuada que la tenía para si como si fuera una amante, aunque su pareja estaba inconsciente.  Ella volteó a mi dirección rápidamente, y sus ojos azules estaban iluminados y brillantes a pesar de la niebla que se interponia entre nosotros.

- Va...vamonos- le dije a Fayette mientras retrocedíamos lentamente.

Cuando ella se comenzo a acercar, pudimos distinguir la sangre en su boca, las venas por todo su cuerpo se podian ver claramente, y tenia una mirada salvaje pero maquiavelica al mismo tiempo.

- La dama de blanco- dije por lo bajo, pero creo que mi esposa lo pudo escuchar- me ha encontrado.

Era mucho mas joven que cuando la conoci anteriormente, pero esos ojos eran iniguadables, ella sabia que le reconoci, por lo que dijo mientras se acercaba a paso lento:

- Esta conversacion es de dos...

De alguna forma u otra, supe que iba a por Fayette, por lo que el zarpaso que  iba a por ella me fue recibido por mi espalda mientras la ponia a salvo. Ese dolor desgarrador inrrumpio en mi cabeza y ahoge un alarido de dolor mientras alejaba a mi esposa. Sin embargo, un golpe le alcanzo  y tal impacto la mando despedida a unos metros de distancia, dejandole inconciente. 
La dama de blanco me agarro por detras y senti como una lengua larga lamiera mi espalda ensangrentada. Luego, como si su saliva fuera tal veneno, senti una debilidad subita que me puso a su merced. 
Ella me empujo hacia la pared y me retuvo con su fuerza. Con su pierna, abrio las mias y me oprimio de esa manera cual palido demonio de ojos azules, y lamio mi cuello de manera tan sucia y lasciva.
Quise suprimir un sonido de placer que me pondria en evidencia, pero tambien temia por mi vida por lo que no queria insitarle a atacarme de ninguna manera, aunque yo temblaba involuntariamente de miedo.

- Aunque sabe mejor la carne sin miedo para el estomago, es bueno el sabor del miedo para saborearlo en la piel del que teme por su vida- me dijo al oido.

Me toco en la misma zona donde me mordio la ultima vez, perdio su mirada en mi cuello por unos instantes  y un gruñido provino de su interior señalando la peligrosa situacion en la que yo andaba.

- No aconsejo que hagas subitos movimientos ahora, Dahrio. Pues por mas que te quiera, ahora que te tengo asi, puede que el hambre pueda mas que el amor que siento por ti, aunque no creas lo ultimo.

El esfuerzo que hacia porque se apartara lo pare al instante por su advertencia y ella aprovecho para despejar mis defensas ante ella, dejandome indefenso bajo su mirada lunatica.

- Asi es...no te opongas a mi y dejate llevar de mi...

Olisqueo mi cuello y mi cuerpo saboreandome de manera primitiva, y parece que hubo algo que le gusto, ya que puso su mano en mi miembro. No era la situacion, pero toda la sangre se concentro en mi pene, y mientras mas lo frotaba curiosamente, mas me excitaba. Desabotono mi camisa y me comia los pezones con su boca sedienta, me sujetaba con fuerza la muñeca y con la otra me clavaba las uñas en mi pecho. Bajo mis pantalones dejando mi verguenza al aire libre, aunque el frio no impidio que se mantuviera firme el pene.

- Esto es para mi y lo voy a tomar...

Bajo su cabeza y comenzo a succionarme el miembro con insistencia. Ella dejo de clavarme las uñas pero me acariciaba el pecho mientras me empujaba atras contra la pared. Me contuve para que no me viniera de una vez, la corriente de placer se disparaba cuando le prestaba atencion al glande y su olor enbrutecia mi disernimiento. 
Me acosto al banco mas cercano y se posiciono encima mio, encajando mi miembro con su entrada, voltee a ver a mi esposa pero ella atrajo mi cara con su mano y aunque pense que fue a mi, le penetre, siendo esta la sensacion mas religosamente extaciosa que he sentido jamas.
En lo que nos acostumbrabamos, mas yo por lo estecho que estaba, ella empezo lenta y ritmicamente por la punta, hundiendose mientras mas humedecia su coño, acomodandose circularmente mientras aumentaba la velocidad. Me follo violentamente encima del banco mientras me tuvo bajo su control, me asfixiaba con su boca pues no la separaba de la mia meintras me empujaba con su cuerpo hacia abajo para manteneme sumido a ella.
Sentia como no podia mas, ella tenia mi boca cerrada por lo que no podia avisar que me venia, y como si lo supiera, hizo que mis piernas estuvieran mas elevadas para casi sentarse en ellas, haciendo de ella la que me montaba a mi. Dio sentones mas pronunciados y no pude contenerme mas, haciendo que corriera todo mi semen en su interior mientras ella paraba de subir y solo se dedicaba a moverse hacia adelante y hacia atras con mi pene bien profundo en su interior. 

Pense que habia terminado, pero ni habiendome recuperado, siguio moviendose y a pesar de lo sensible que estaba alla abajo. Proferi gritos de desesperacion y placer dado a que estaba muy sensible y ya no era tan placentero, esto no le importo, pues me mantuvo abajo y continuo la violacion. Senti cosas puntiagudas en mi cuello y senti como se hundieron en el, paralizandome mas y sumiendome mas a su voluntad. Senti como mi sangre era succionada y como mi cuerpo era usurpado tambien con esta acometida, y por segunda vez me vine. Se empezo a mover nuevamente y supe que iba para largo, pero no pude sentir mas placer ni dolor, pues mi conciencia se iba, y cai inconciente bajo la niebla y atormentado, bajo ese tormentoso episodio de esta negra noche.

Desperte dias despues acostado en mi cama bajo la vista de un doctor y al lado de mi esposa, no le pude ver a la cara, me cuenta que yo tenia 2 dias sin despertar, pero que iba a mejorar de esta gran anemia que en mi habia caido.

Estos sucesos siempre han quedado marcado en mi sangre y en mi piel, vocifera poesias en su nombre y persigue mis pesadillas con un bebe en sus brazos. Este no fue su primer encuentro y presiento que no sera el ultimo, la dama de blanco no solo desea mi cuerpo sino mi alma, y por lo ultimo luchare, ya que es lo unico que tengo que no es suyo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario