Fue una equivocación del tiempo el pronunciarte,
acabar contigo bajo las sabanas y tenerte quieta,
pasiva, soñando profunda,
suave y expresiva, mi querida amada.
Soñarte despierto mientras la luz de la luna te ilumina,
las estrellas en tus mejillas hechas agua,
blanca sabana que luego me arropa mientras me monta,
una corona de universos en su cabeza mientras la luna detrás brilla.
Yo pretendo no verle cuando pasa delante de mí,
mis ojos siguen su sombra y su forma me abraza,
me envuelve en su aroma como a caramelo y me alaga,
consintiéndome con tierno deseo y sublime canción.
Me visita en sueños y los sueña al lado mío,
la hipnosis de su mirada cuando veo sus iris brillar,
el azul fantasmal que seduce mi alma,
me arrincona en la fábula eterna de la amena inmortal.
Me persigue por los años y me arropa con suave opresión,
transcribe mi alma con su lápiz de calmada dominancia,
vampira mitológica que muerde mi cuello en mi debilidad,
muerde mis labios, muerde mi glúteo, me besa en deseo y me ama sin mi libertad.
Somos juguete de las tinieblas, de eso no hay cuestión,
vivo en sus noches por la eternidad y sus milenios,
la helada de ojos azules no vuela sola en su libertad,
viaja con su otro juguete en esta fábula eterna.