miércoles, 18 de mayo de 2022

Entre una tristeza ajena: el muelle del mas allá

 




No sé si la verdad es una y definitiva,
no sé si tengo derecho alguno de apropiarme de esta tristeza,
un hombre solitario habla consigo mismo y una lágrima resbala por su mejilla,
representante de un sentimiento que rebosa desde mi ahuecado interior.

¿Qué figura es más solitaria que la espalda de un héroe?,
cuando cubre sus heridas e inspira al público con su capa,
el representante de una justicia que nunca se pidió,
o un megalómano que cree que lo necesitan en alguna parte.

Nada va a llenar este hueco que existe en mi pecho,
ninguna caridad acompañada con sonrisas aliviará mi dolor,
ni las palabras fluyen, ni sale el canto de mi boca,
más que alaridos en llanto por lo que el muerto, muerto quedara.

Quedaba tanto que decir y tanto que reprochar,
el diablo habitaba los aires como al igual al aire quedaron esas palabras,
solo podre engañar mi recuerdo y simular  que vuelvo y te hablo,
entre una tristeza ajena y el muelle del más allá.





martes, 10 de mayo de 2022

Simple amor: ella

 



El planeta gira en la punta de su dedo,
la chispa que enciende hasta lo inesperado,
las memorias cobran vida y hasta puedes oler ese recuerdo,
aquella habitación, aquel beso, las andadas de este cuadrúpedo.

Si, les hablo del amor,
aquel hábil y mentiroso matador,
alcohol que entorpece mi sapiencia y camuflajea mi dolor,
aberración de mil pasiones que influye mi derredor.

Tienes muchas formas pero los mismos ojos azules,
le encanta cantar balada y pasearse entre realidades,
pasea entre la niebla, el frío, y otras amenidades,
me provisiona esperanza y se ha convertido en dueña de todos mis lares.

Que nadie me engañe que esta obsesión no es sana,
entre las siembras de cacao ella camina descalza,
entre los campos te acuestas y en el cielo ves su estrella,
que nadie me hable de simple amor, sino de ella.





 


domingo, 1 de mayo de 2022

La aventura sin fin: ciudadanos de los cuentos

 



No hace falta que le siga con la mirada,
aquella a la que admiro de estrellas coronada,
la delicadeza de mi mirada enamorada,
seduciéndome en aleteos y polvo de hada.

Me quedo callado el deseo moribundo,
entre los muertos mi enganche por ti no difundo,
todo un secreto que entierro en mi pecho y lo llevo al inframundo,
en mis retos llevaré el sentimiento de este amor profundo.

¿Y qué ha sido de mi dorada Atenea?,
la sabiduría recurre desde su cadera a la fuerte marea,
desde los vientos a cada palabra y cada línea,
de un frustrado escritor que para amarte se ha dado la tarea.

Caballero soy, aunque esconda mis negras alas,
entre mi perfume y mis brazos se despiertan tus aurículas,
hablo de estaciones aunque mis palabras suenen ridículas,
porque la primavera aflora entre tus piernas.