El tiempo es venerable ya desde un punto de vista, es tanto su poder y su jurisdicción
que muchos le temen y otros lo aman. El tiempo es un tipo de dios imaginativo, que es tan real su impacto que se cuestiona si es imaginario, dado a que no favorece a nadie y es de neutral preferencia.
El tiempo, es tanto su regalo y tanta su destrucción que nadie lo quiere, pero a la vez todos quieren controlarlo, de alguna manera todos quieren ser dioses y controladores de la vida, muerte, del todo, y del nada.
La jurisdicción del tiempo se marca como un organigrama descendiente que el señor tiempo lidera y comanda: está la vida, la muerte, los segundos, minutos, horas, días, meses, años, décadas, siglos, milenios.
Fijarse en algo no faltaría, todos estos son diversos, son diferentes cada cual, porque un segundo ahora es un segundo diferente después, un minuto ahora que uno después, un mes como otro después, un milenio, diferente a otro.
Que tanto es el poder del tiempo?, déjenme contarles que es fácil decir que es absoluto, pero solo hay una cosa que el tiempo no puede liderar: la eternidad.
La eternidad es algo que creó el tiempo, el tiempo tanto se encaprichó con su creador que extiende sus milenios a ver si llega a la magnitud tan inmensa que es la eternidad, pero la eternidad hace un gesto orgulloso y se burla del tiempo, ya que hasta el tiempo tiene su final.
El tiempo dejará de existir el día en que el creador decida terminarlo, ya no habrá mas vida, mas muerte, segundos, minutos, horas, días, meses, años, décadas, siglos, milenio, solo habra una marca, un estado, el eterno.
Sería aburrida la eternidad?, puede ser. Podría algo nuevo surgir?, nadie sabe. Los humanos tenemos limites, y lamentablemente por mas matemática y mas imaginación que tengamos no podemos medirlo, porque no nos cabe en nuestra cabeza, en nuestra mente orgullosa, que hay algo que no podemos entender. Decidimos no creer y el no creer es nuestra defensa, es lo que nos protege de humillarnos y arrodillarnos a la idea de una eternidad, a que le tenemos miedo?, a la eternidad.
Quien no quisiera poder dominar el tiempo?, el poder ver nacer, el poder regresarse antes de un error, el poder evitar la muerte?, hasta yo quisiera, para poder evitar el 31 de Octubre del 2013, el año 2013 completo. El poder observar el nacimiento de aquel ser maravilloso nacer el 17 de Junio de aquella mitad del siglo 20, el nacimiento de aquel 9 de Septiembre, ver de nuevo nacer mi sangre aquel 2 de Octubre del 1996, el ver el nacimiento de aquel héroe vivo hasta ahora en 1984, y tratar de recordar mi primera sensación, cuando aquella diosa de ojos verdes me tomó en sus brazos aquel 29 de Diciembre del 1993.
Tantas son las cosas que pudiera hacer, tantas las que pude evitar, tantas las que pude querer, pero no tengo dominio de tanta fuerza, porque la eternidad nos dio algo medible, algo que podemos entender, porque sin el tiempo y con esta mente limitada que tenemos, nada tuviera sentido.
No tuviera sentido el ver nacer a alguien, el criarlo, el verlo crecer, el verlo tener su familia, y al final, con el cariño y calor familiar, morir, para dejar a otra generación liderar.
No tuviera sentido el crecer, el querer desarrollarse, el amar a tus padres, el de poder recordar el primer beso, el de fundirse juntos formando una sola carne, el de ver nacer a tu primer hijo, el poder nombrarlo, el de todos los días de tu vida dedicárselos con amor a tu familia, y el de dejar un legado. El tiempo es cruel, pero también es amoroso, porque da un sentido a la vida, nos da un limite, nos cura las heridas, para mí, para usted leyente, para este mundo, y para la eternidad, el tiempo es un padre y un amigo sincero, que quita y regala, por eso le llamo un dios de dos caras, porque tanto es lo blanco como su negro, tanto tanto, es el poder del tiempo, el dios de dos caras.
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