miércoles, 26 de abril de 2017

Malevo amor



Se pueden escuchar las voces en mi alrededor,
el conjuro entonado bajo una melódica malicia,
ellas profesan el desastre y yo lo hago realidad,
¡empecemos este teatro del mal!

El paisaje que cubre toda la vista,
la alterna realidad verdaderamente cierta,
el más sincero corazón de los hombres,
que delatan su verdadero ser en escenario macabro.

Temibles abominaciones pude yo observar,
el cántico del amor no corresponde a esta realidad,
todas esas monstruosidades que de humano se convirtieron,
en lo negro de su alma manifestando su humanidad.

Yo aún permanecía igual,
que me pasaba que lo feo en mí no resurgió?,
lo oculto y lo doloroso no se convirtió en mis cadenas,
las que a otros, como pude observar se transformaron.

Increíble era mi fuerza,
aquellas débiles monstruosidades recibieron su merecido,
divagan entre la niebla de este paraíso maldito,
feroces bestias que ansían un rayo del sol.

Más me divierte vivir acá,
mi luz irradia deseo a esas sedientas almas,
huecos vacíos con sed de vivir,
piden de mi agua porque no tienen donde beber.

¿Quién quiere de mi sangre para beber?,
¿quién se atreve a acercarse al que se atavía con todo el oro y la plata?,
no se acercan porque no pueden, más soy su meta,
el ser como yo y beber de mi vino.

Vi a una criatura diferente a las demás,
alas enormes y blancas resplandecientes,
su perfil era hermoso y sus ojos transparentes como el agua que aquí no existía,
y cuando pozo su mirada en mi persona, me cautivó.

La veía de lejos y me mantuve alejado,
no podía acercarme porque su luz era demasiada para mí,
y ella me llamaba y me buscaba con su voz,
pero me alejaba porque no la podía ver.

Que horrible destino este que tengo,
lo perfecto para mí  estaba lejos de mi vista,
odié su luz y me guardé en rencor,
ahora pienso como podré obtenerla.

En uno de sus llamados le contesté,
le hablé de las maravillas de esta vida que vivo,
le conté sobre su fama entre las bestias de este averno,
que como yo, nadie podía acercarse.

Sus alas aletearon y se despidió una brisa fresca,
de ahí en adelante supe que aquello era el amor,
fresco y cautivante, más no me podía acercar,
y tenía que aquel ángel poder conquistar.

Paso el tiempo y mis suaves palabras fueron llegándo,
supe de su vida y de su fantástica historia,
yo mismo iba aceptando la luz,
y al fin un día me pude acercar.

Cuando la tuve en mis brazos hubo un cambio en mí,
su aroma me hacía otro tipo de llamado,
la amaba y eso si era de verdad,
pero al fin la tenía para mí.

Ella me habló de su cariño,
rebosó mi vasija con un amor añorado,
la quería y no me quería alejar,
les cuento que la tuve en mis brazos y la besé.

Tenía un obsequio y era para mí,
ni aún lo he abierto y le agradezco acercándola a mí,
ella era una delicia y yo la quería poseer,
la quería egoístamente, era solo para mí.

Un rato más no podía aguantar,
me volví en un frenesí de amor y locura,
enrollamos nuestros cuerpos como serpientes,
y tuvimos como experiencia el mejor de los momentos.

Mordí su espalda y la sostuve allí,
no soportaba la idea que ella pudiera escapar,
la arrojé al suelo y ella me preguntaba el porqué,
y le dije que confiara porque la amaba.

Estaba hermosa desde ese ángulo
le comencé a arrancar las alas con mis propias manos,
ella gritaba horrorizada y llena de dolor,
y yo me excitaba con su dolorosa agonía.

Mi placer era hacerle daño,
me encantaba como se retorcía y me suplicaba,
me sumía en este torbellino de amor,
y no la podía soltar.

Ya no tenía alas y no podía volar,
aún yo estaba encima y la empezaba a consumir,
ella era una delicia y el rojo me mancha,
y su obsequio se abrió y lo que ví me horrorizo.

Era un espejo y en aquel yo me pude ver,
era atemorizante mi apariencia y no era humana,
era enorme y parecía un rostro humano,
y la tenía enjaulada en mis brazos.

"Esta es tu realidad y contenta estoy,
te miras y te das cuenta que solo te engañabas,
el humano puede ver lo que le corresponde,
mas una aberración viviente es usted.

Y ahora que destruiste mi realidad,
te darás cuenta que nunca podrás saciar tu sed,
mis recuerdos formaran parte de tu vida,
y me añoraras mientras siga muerta".

Anduve como ella lo predijo,
en esta y otras eternidades con sus restos en mis manos,
cargada como una cruz de mi temible pecado,
víctima de  mi demoníaco amor.

Yo existo y nunca encuentro final,
sus alas se esparcieron alrededor de todo este inframundo,
mis llantos y mis quejidos podrás escuchar,
y su nombre resonará victima, de mi malevo amor.
















domingo, 16 de abril de 2017

La enemiga silenciosa



Es aquella que se acomoda a un moribundo vivir,
lo gris en una mirada deshecha,
la lucha sin cuartel por hallar sentido,
la creencia de aquel que desaparece lento.

No hay duda que desaparezco en mi realidad,
en un mundo que se ha convertido en un vertedero,
donde lo hecho vale mas que lo nacido,
y la misericordia se reduce al dinero.

La razón y la añoranza no tienen sentido,
mientras mas quieres mas eres susceptible a sufrir,
el dolor es lo indomable cuando decides pensar,
en una contraproducente poesia a la silenciosa.

Mi realidad se ve invadida por el fuego,
mi enemiga se une a mi ser como la sombra a mi cuerpo,
existente cuando una luz toca mi piel,
y desaparece en la tierna gracia de la oscuridad enamorada.

Mi enemiga susurra entre los rincones de la habitacion,
cuatro paredes que sofocan y van cerrandose poco a poco,
me asusta y esta me abraza como una vieja enamorada,
y cada silaba de sus palabras me arrojan a mi propio infierno.

Ya nada me hace gracia y se ha vuelto mi costumbre,
la veo todos los dias al amanecer y al anochecer,
a lo claro de la luna cuando enciendo un cigarrillo,
bañandome  en la tristeza que me apacigua.

Lenta y calcomiente en sus dedicatorias,
sincera acompañante de menguante sentimiento,
me reduce a la nada y la prefiero verdadera,
mortifera y querellante en mis pensamientos.

Quiza la conozcan los que conmigo la piensan,
la enemiga silenciosa que trasnocha sus pensamientos,
no atrae a nadie porque todos le huyen,
la hermosa y cruda soledad.



sábado, 15 de abril de 2017

Indecision correspondida




No se que pasa por mi cabeza,
puede ser correspondido o quizá sea un espejismo,
no sé ni nadie lo puede tener presente,
quizá este destinado a enamorarme de mi mismo.

La emperatriz de ojos azules me observa,
ella nunca se baja de su trono y se queda callada,
mi memoria solo sirve cuando le place,
porque colabora con mi alma cuando deseo amar.

Yo intento y a la vez me rehuso,
en la oscuridad nunca se aprende a querer,
la acerco y me insta a alejar,
la miro a los ojos y no la puedo ver.

Soy el anacoreta que nunca la puedo tener,
el esclavo de una tierra que no es fértil,
enemigo del sol y amante de la luna,
el desperdicio y el tesoro de una civilización perdida.

Vivir sin ella es como un pez,
lejos del agua y asfixiado por el aire de la muerte,
un hueco que solo lo llena el vacío de un temido adios,
alimentando una esperanza que me tiene amargado.

El silencio me da miedo,
vivo en el y mi corazón grita desde mis adentros,
amar y no ser amado es una desdichada colaboración,
entre el destino y mi correspondida soberania en el amor.

Cuando la beso me derrito en el ocaso de sus labios,
cuando la abrazo quisiera por siempre estar en sus brazos preso,
cuando la miro su mirada no puedo esquivar,
cuando nos unimos es una paradoja que no tiene fin.

Cuanto duele este temor de no volverle a ver,
no poder acariciar los momentos bellos en una imaginada unión,
todo surge y nada termina en esta carretera sin final,
la luna a mi lado y el terror de la noche del suyo.

Esto es un romance atado a una desdicha autoanunciada,
una indecision correspondida a un aullido a la lejanía,
se ha vuelto la droga que nunca he dejado de añorar,
mi dependencia se avecina y mas la quiero consumir.

Me visto con las sombras de la parca,
me uno a los secretos que jamas quisiera descubrir,
ella se marchaba para nunca volver,
invitándome a la nueva aventura sin final.




sábado, 8 de abril de 2017

Dedicatoria a la soledad


Soñando bajo plena penumbra,
en las vísperas de la rota cordura alumbrada,
la agonia de la duda que me inspiraba,
aquella con el frío contacto y la mirada paralizada.

Aquello puede llamarse amor lo que me inspira?,
la queja de mi empobrecido pecho que clama por su ausencia,
la añoranza de su sonrisa nocturna que encierra sorpresa,
y el misterio de la sonsacada risa en una nevada navidad.

Mi orgullo aclama por razocinio,
la muralla ha sido invadida por el suplicio de sus encantos,
quizá el tratar de olvidarla es su mejor burla hacia mi persona,
la apertura hacia lo desconocido que antes he recurrido.

Nunca la he necesitado mas se ha vuelto agua potable,
el vino de una velada en un cena fantasmagórica con la muerte,
el veneno que place a mi cuerpo y lo va matando,
la queja de un murmullo cuando deseo llorar.

El silencio me impacienta y su presencia de mi se alimenta,
aquel romance gótico que va danzando con la madre blanca,
el principio de un fin que yo veía avecinando,
la caída teatral de un héroe que alucina en su final.

A quien acudo para que me rescate?,
estoy bajo el embrujo de la satanica maniaca,
esto no es mas que una dedicatoria a la soledad,
al mundo, al desamor, a su norte.

Me despido con un dulce amargo en mi boca,
sus labios me profesan un amor distinto al mio,
mas nunca quiero olvidarme de aquella vez,
tu, yo, y las melodías del silencio.